3 de septiembre de 2008
y... llueve...
Llueve. Intermitentemente, llueve.
Como tantas otras tardes, llueve.
Como tantas otras y como nunca igual.
Llueve y se hace agua el mundo,
sobre los tejados y entre las ramas.
Llueve y el agua improvisa entre mis dedos,
hay hilos de luces entre las baldosas de las veredas...
dentro y fuera,
no para de llover.
Llueve y la sonrisa se va desdibujando,
ante la majestuosidad del cielo gris,
siempre es mejor guardar silencio,
En los bolsillos, contener las palabras,
y contemplar, como llueve.
dentro y fuera
no para, no para de llover...
Como tantas otras tardes, llueve.
Como tantas otras y como nunca igual.
Llueve y se hace agua el mundo,
sobre los tejados y entre las ramas.
Llueve y el agua improvisa entre mis dedos,
hay hilos de luces entre las baldosas de las veredas...
dentro y fuera,
no para de llover.
Llueve y la sonrisa se va desdibujando,
ante la majestuosidad del cielo gris,
siempre es mejor guardar silencio,
En los bolsillos, contener las palabras,
y contemplar, como llueve.
dentro y fuera
no para, no para de llover...
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